Aquí tienes el tercer capítulo de la novela ORGULLO Y prejuicio de Jane Austin.
duración del capítulo 12:10 minutos
TRANSCRIPCIÓN
[0:00:00] Hola hola a todos, hoy tenemos el tercer capítulo de la novela ORGULLO Y PREJUICIO. Este podcast
[0:00:08] lo puedes encontrar en www.isabelanaluisa.com Empezamos. Por más que la
[0:00:18] señora Bennet, con la ayuda de sus hijas, preguntase sobre el tema, no conseguía sacarle a su marido
[0:00:25] ninguna descripción satisfactoria del señor Bingley. Le atacaron de varias maneras: con
[0:00:31] preguntas clarísimas, suposiciones ingeniosas, y con indirectas pero por muy hábiles que fueran
[0:00:39]el las eludía todas y al final se vieron obligadas a aceptar la información de segunda mano de su
[0:00:47] vecina Lady Lukas. Su impresión era muy favorable el señor William había quedado encantado con
[0:00:55] él era joven guapísimo extremadamente agradable y para colmo pensaba asistir al próximo baile con
[0:01:01] un grupo de amigos. No podía haber nada mejor. El que fuese aficionado al baile era verdaderamente una ventaja
[0:01:10] a la hora de enamorarse y así se despertaron vivas esperanzas para conseguir el corazón del señor
[0:01:17 ]Bingley. Si pudiera ver a una de mis hijas viviendo felizmente en Netherfield, y a las otras igual de bien
[0:01:26] casadas, ya no desearía más en la vida le dijo la señora Bennet a su marido. pocos días después,
[0:01:33] el señor Bingley le devolvió la visita al señor Bennet y pasó con él diez minutos en su biblioteca,
[0:01:39] Él había abrigado la esperanza de que se le permitiese ver a las muchachas de cuya belleza
[0:01:45] había oído hablar mucho pero no vio más que al padre. Las señoras fueron un poco más afortunadas,
[0:01:53] porque tuvieron la ventaja de poder comprobar desde una ventana alta que el señor Bingley
[0:01:58] llevaba un abrigo azul y montaba un caballo negro. Poco después le enviaron una invitación para que
[0:02:05]fuese a cenar. Y cuando la señora Bennet tenía ya planeados los manjares que darían crédito de
[0:02:11] su buen hacer de ama de casa, recibieron una respuesta que echaba todo a perder. El señor Bingley se veía
[0:02:19] obligado a ir a la ciudad al siguiente día, y en consecuencia no podía aceptar el honor de
[0:02:25] su invitación. La señora Bennet se quedó bastante desconcertada. No podía imaginar qué asuntos le
[0:02:33] reclamarían en la ciudad tan poco tiempo después de su llegada a Hertfordshire; y empezó a temer que
[0:02:40] iba a andar siempre revoloteando de un lado para otro sin establecerse definitivamente y como es
[0:02:46] debido en Netherfield. Lady Lucas apaciguó un poco sus temores llegando a la conclusión de que sólo
[0:02:54] iría a Londres para reunir a un grupo de amigos para la fiesta. Y pronto corrió el rumor de que
[0:03:01] Bingley iba a traer a doce damas y siete caballeros para el baile. Las muchachas se afligieron por
[0:03:08] semejante número de damas; pero el día antes del baile se consolaron al oír que en vez de doce había
[0:03:14] traído solo a seis, cinco hermanas y una prima. Y cuando el día del baile entraron en el salón, sólo eran cinco
[0:03:21] en total, el señor Bingley, sus dos hermanas, el marido de la mayor y otro joven. Bingley era
[0:03:29] apuesto, tenía aspecto de caballero, semblante agradable y modales sencillos y poco afectados.
[0:03:35] Sus hermanas eran mujeres hermosas y de indudable elegancia. Su cuñado, el señor Hurst, casi no tenía
[0:03:43] aspecto de caballero pero fue su amigo el señor Darcy el que pronto centró la atención del salón
[0:03:49] por su distinguida personalidad, era un hombre alto, de bonitas facciones y de corte aristocrático.
[0:03:58] Pocos minutos después de su entrada ya circulaba el rumor de que su renta era de diez mil libras
[0:04:03] al año. Los señores declaraban que era un hombre que tenía mucha clase, las señoras
[0:04:08] decían que era mucho más guapo que Bingley, siendo admirado durante casi la mitad de
[0:04:13] la velada hasta que sus modales causaron tal disgusto que hicieron cambiar el curso de
[0:04:18] su buena fama; se descubrió que era un hombre orgulloso que pretendía estar por encima de
[0:04:23] todos los demás y demostraba su insatisfacción con el ambiente que le rodeaba; ni siquiera sus
[0:04:30] extensas posesiones de Derbyshire podían salvarle ya de parecer odioso y desagradable y de que
[0:04:38]se considerase que no valía nada comparado con su amigo. El señor Bingley enseguida trabó
[0:04:45] amistad con las principales personas del salón, era vivo y franco, no se perdió ni
[0:04:49] un solo baile, lamentó que la fiesta acabase tan temprano y habló de dar una él en Netherfield.
[0:04:58] Tan agradables cualidades hablaban por sí solas. ¡Qué diferencia entre él y su amigo! el señor Darcy
[0:05:04] bailó solo una vez con la señora Hurst y otra con la señorita Bingley, se negó a que
[0:05:09] le presentasen a ninguna otra dama y se pasó el resto de la noche deambulando por el salón
[0:05:14] y hablando de vez en cuando con alguno de sus acompañantes. Su carácter estaba definitivamente
[0:05:20] juzgado. Era el hombre más orgulloso y más antipático del mundo y todos esperaban que
[0:05:27]no volviese más por allí. Entre los más ofendidos con Darcy estaba la señora Bennet, cuyo disgusto
[0:05:34] por su comportamiento se había agudizado convirtiéndose en una ofensa personal por
[0:05:40] haber despreciado a una de sus hijas. Habían tan pocos caballeros que Elizabeth Bennet
[0:05:46] se había visto obligada a sentarse durante dos bailes, en ese tiempo Darcy estuvo lo bastante
[0:05:52] cerca de ella para que la muchacha pudiese oír una conversación entre él y el señor Bingley, que dejó
[0:05:59] el baile unos minutos para convencer a su amigo de que se uniese a ellos.
[0:06:07] Ven, Darcy le dijo tienes que bailar. No soporto verte de ahí de pie solo y con
[0:06:13] esa estúpida actitud. Es mejor que bailes. No pienso hacerlo. Sabes cómo lo detesto a no
[0:06:20] ser que conozca personalmente a mi pareja. En una fiesta como ésta me sería imposible. Tus hermanas
[0:06:27] están comprometidas, y bailar con cualquier otra mujer de las que hay en el salón sería como un
[0:06:32] castigo para mí. No deberías ser tan exigente y quisquilloso, se quejó Bingley. ¡ Por lo que más
[0:06:39] quieras! Palabra de honor, nunca había visto a tantas muchachas tan encantadoras como esta noche; y
[0:06:46] hay algunas que son especialmente bonitas. Tú estás bailando con la única chica guapa del salón, dijo
[0:06:52] el señor Darcy mirando a la mayor de los Bennet. ¡Oh! ¡Ella es la criatura más hermosa que he visto en
[0:06:59] mi vida! Pero justo detrás de ti está sentado una de sus hermanas que es muy guapa y apostaría que
[0:07:05] es muy agradable. Deja que le pida a mi pareja que te la presente. ¿Qué dices? y volviéndose, miró
[0:07:12] por un momento a Elizabeth, hasta que sus miradas se cruzaron, él apartó inmediatamente la suya
[0:07:18] y dijo fríamente: No está mal, aunque no es lo bastante guapa como para tentarme; y no estoy
[0:07:25] de humor para hacer caso a las jóvenes que han dado de lado otros. Es mejor que vuelvas
[0:07:31] con tu pareja y disfrutes de sus sonrisas porque estás malgastando el tiempo conmigo.
[0:07:37] El señor Bingley siguió su consejo. El señor Darcy se alejó, y Elizabeth se quedó allí con sus no muy
[0:07:44] cordiales sentimientos hacia él. Sin embargo, contó la historia a sus amigas con mucho
[0:07:50] humor porque era graciosa y muy alegre, y tenía cierta disposición a hacer divertidas las cosas ridículas.
[0:07:58] En resumidas cuentas, la velada transcurrió agradablemente para toda la familia. La señora
[0:08:04] Bennet vio como su hija mayor había sido admirada por los de Netherfield. El señor
[0:08:11] Bingley había bailado con ella dos veces, y sus hermanas estuvieron muy atentas con ella. Jane
[0:08:16] estaba tan satisfecha o más que su madre, pero se lo guardaba para ella. Elisabeth se alegraba
[0:08:23] por Jane. María había oído como la señorita Bingley decía de ella que era la muchacha
[0:08:31] más culta del vecindario. Y Catherine y Lydia habían tenido la suerte de no quedarse nunca
[0:08:36] sin pareja, que, como les habían enseñado, era de lo único que debían preocuparse en los bailes. Así
[0:08:43] que volvieron contentas a Longbourn, el pueblo donde vivían y del que eran los principales habitantes.
[0:08:50] Encontramos el señor Bennet aún levantado, con un libro delante perdía la noción del tiempo,
[0:08:55] y en esta ocasión sentía gran curiosidad por los acontecimientos de la noche que había despertado
[0:09:04] tanta expectación. Llegó a creer que la opinión de su esposa sobre el forastero pudiera ser
[0:09:10] desfavorable; pero pronto se dio cuenta de que de que lo que iba a oír era todo lo contrario.
[0:09:19] ¡Oh! mi querido señor Bennet dijo su esposa de entrar en la habitación. Hemos tenido una
[0:09:24] velada encantadora, el baile fue espléndido. Me habría gustado que hubiese estado allí.
[0:09:30] Jane despertó tal admiración, nunca se había visto nada igual. Todos comentaban lo guapa que
[0:09:37] estaba el señor Bingley la encontró bellísima y bailó con ella dos veces. Fíjate, querido: bailó
[0:09:43] con ella dos veces. Fue la única de todo el salón a la que sacó a bailar por segunda vez.
[0:09:49] La primera quien sacó fue la señorita Lucas. Me contrarió bastante verlo bailar con ella,
[0:09:55] pero él no le gustó nada. ¿A quien puede gustarle? ¿No crees? Sin embargo pareció quedarse
[0:10:02] prendado de Jane cuando la vio bailar. Así es que preguntó quién era, se la presentaron
[0:10:09] y le pidió el siguiente baile. Entonces bailó el tercero con la señorita King, el cuarto con María.
[0:10:18] Lucas el quinto otra vez con Jane el sexto con Lizzy. ¡Si hubiese tenido alguna compasión de mí gritó
[0:10:26] el marido impaciente no había gastado tanto! ¡Por el amor de dios, no me hables más de sus parejas! ¡Ojalá
[0:10:33] se hubiese torcido un tobillo en el primer baile! ¡Oh querido mío! Me tiene fascinada, es increíblemente
[0:10:41] guapo, y sus hermanas son encantadoras. Llevaba los vestidos más elegantes que he visto en mi vida.
[0:10:49] El encaje del de la señora Hurst… Aquí fue interrumpida de nuevo. El señor Bennet protestó
[0:10:56] contra toda descripción de atuendos. Por lo tanto ella se vio obligada a pasar a otro capítulo
[0:11:02] del relato, y contó con gran amargura y algo de exageración, la escandalosa rudeza del señor Darcy.
[0:11:08] Pero puedo asegurarte, añadió que Lizzy no pierde gran cosa con no ser su tipo porque es el hombre más
[0:11:16] desagradable y horrible que existe y no merece las simpatías de nadie. Es tan estirado y tan engreído
[0:11:23] que no hay forma de soportarle. No hacía más que pasearse de un lado para otro como un pavo real. Ni
[0:11:31] siquiera es lo bastante guapo para que merezca la pena bailar con él. Me habría gustado que hubiese
[0:11:37] estado allí y que le hubieses dado una buena lección. Le detesto. En este tercer capítulo
[0:11:44] el señor Bingley le devuelve la visita al señor Bennet unos días más tarde pero no se encontraron
[0:11:51] las mujeres de la casa allí, pero el señor Bingley organizó una fiesta donde ya conoció
[0:12:00] a sus hijas, a las hijas del señor Bennet. ¿Qué te pareció este tercer capítulo? entendiste
[0:12:10] ¿Qué dudas tienes? Puedes comentar en nuestra comunidad y nos vemos en el siguiente capítulo.